Un filme conmovedor, en donde la sencillez juega un papel importante para adentrarnos poco a poco en una historia de descubrimiento personal.

Chiron es un joven afroamericano con una difícil infancia, adolescencia y madurez que crece en una zona conflictiva de Miami. A medida que pasan los años, el joven se descubre a sí mismo y encuentra el amor en lugares inesperados. Al mismo tiempo, tiene que hacer frente a la incomprensión de su familia y a la violencia de los chicos del barrio.

Lo primero que destaca en es encontrarnos un relato como poco sucede en el cine, desafortunadamente las historias con hombres afroamericanos homosexuales no abundan. Si en general los trabajos destacados con temática LGBT+ son contados o alcanzan poco a vivir más allá de un circuito de festivales, añadiendo los elementos que hacen "Moonlight" diferente, son más escasos.

También destaca el equilibro que poco vemos en cintas de esta temática en general, no es un filme ligero o cursi, tampoco es una cinta fatalista ni desgarradora. Tiene los elementos suficientes para una balanza interesante, que impacta, conmueve y también deja una sensación de calidez que siempre se agradece al terminar la tormenta de emociones que experimentamos.

La cinta se divide en tres partes, Chiron como niño, adolescente y adulto, la sincronización entre los tres actores es uno de los mayores aciertos, con ello la transición en cada etapa se siente tan orgánica. También hay belleza en la paleta de colores, en la ruta visual que toma el director Barry Jenkins, pequeños detalles que aportan a las emociones, como las escenas en la playa, día y noche, algunas con con mensajes en silencio, que dejan fluir la historia y correr el tiempo sin sentirlo. A pesar de tener un ritmo más pausado en algunas ocasiones, pero esas pausas no parecen desgastantes como suceden con otros filmes, sino que aportan al producto final porque tienen una razón valida para incluirse. Y en realidad no es una historia de amor la que tenemos en primer plano, sino una de autodescubrimiento.

El elenco está muy bien estructurado, tal como la vida misma vemos personajes que desaparecen en otras etapas de la vida de Chiron, algunos regresan, otros quedan en el recuerdo. La realidad no está ajena a la historia, la pobreza, las drogas, la violencia forman parte del relato pero no de una manera amarillista como en otros, simplemente se van agregando para modificar al personaje.

La historia es directa, quizá sencillo de describir, un hombre que va en busca de su identidad, social, física, sexual, una reflexión sobre la masculinidad y los prejuicios, la ejecución es el logro, visual y emocionalmente nos adentramos y a pesar de las diferencias que pueda existir entre nosotros y el personaje, como buena película nos sumerge, nos arrastra y dejarse llevar es un deleite.

La escena de la cafetería es uno de los momentos más importantes, para entonces Chiron es tan cercano a nosotros que cada segundo se vive.

Uno de los mejores filmes recientes sin duda, una carga visual y emocional con la esperanza como destino, un viaje que vale la pena disfrutar en pantalla grande.

Calificación: 97 puntos

Por Luis