“La película es acerca de la familia y el amor. Pero también es acerca de los secretos”, comenta Jennifer Garner. “Es acerca de dejarlos salir, de ser quien eres y de tener el valor de defenderte y decir lo que necesites decir. Y la película lidia con estos temas y la cuestión de ser tú mismo de una manera divertida y refrescante. No hay lugar a duda que la película tiene algo de diversión y no todo es drama”.
Uno de los principales temas de YO SOY SIMÓN es vivir tu verdad, aprender a ser tú mismo y aceptarte como eres. Como el director Greg Berlanti lo explica: “Nunca es demasiado temprano para ser quien eres. Hay muchos chicos allá afuera que no revelan su orientación sexual en la preparatoria, mientras que Simón es exhibido, jalado a esto, pero aprende a aceptar quién es y vivir con su propia verdad y ser él mismo”.
La película alienta a la audiencia a ser valerosa y fiel a sí misma.
“Espero que la gente que vea la película y la gente que lea el libro se sienta empoderada a hacerse dueña de su ser verdadero”, comenta Becky Albertalli. Nick Robinson concuerda, “Creo que todos han pasado por algo similar en algún momento de su vida. Intentar encontrarte y ser esa persona que estabas destinada a ser son asuntos muy universales. Creo que todos se pueden sentir identificados con eso”.
Alexandra Shipp añade, “Creo que muchos adolescentes se pueden relacionar con esa lucha porque creo que muchos de ellos están luchando por encontrarse a sí mismos. No saben quiénes son. No tienen idea de qué quieren ser cuando crezcan. No sólo es acerca de la sexualidad. Es acerca de quién eres en realidad. No con quién te acuestas, sino cuál es tu lugar y función en este planeta”.
En YO SOY SIMÓN, Simón Spier, un chico de dieciséis años que todavía no se declara gay, comienza a coquetear de manera secreta a través de correos electrónico con otro compañero de clase que tampoco ha salido del clóset. Pero cuando uno de sus correos electrónicos cae en manos equivocadas, el secreto de Simón está en riesgo de volverse público. Se ve chantajeado por Martin, un compañero de clase que es torpe ante la sociedad, pero, no obstante, es muy seguro de sí mismo: Martin cree que con la ayuda de Simón podría conseguir una cita con la hermosa Abby Suso (Alexandra Shipp). Y si Simón no le hace segunda…bueno, su identidad sexual podría volverse del conocimiento público. Y, todavía peor, la privacidad de ‘Blue’, el pseudónimo del chico con quien se ha enviado correos electrónicos, también se haría pública.
El ver cómo su muy unido grupo de amigos se está expandiendo hacia nuevas direcciones, que sus mensajes por correo electrónico con Blue se están volviendo cada vez más significante día con día, y la amenaza potencial de Martin que pende sobre él, hace que Simón comience a sentir que está perdiendo el control. Ahora, debe de encontrar una forma de salirse de su zona de confort antes de que lo saquen de ella —sin alienar a sus amigos, comprometerse a sí mismo o perder la oportunidad de encontrar la felicidad con un hombre cuyo verdadero nombre ni siquiera conoce.
El productor Pouya Shahbazian fue el primero en sumarse al proyecto. “El representante literario de Becky Albertalli me llamó cuando le vendió el libro a Harper Collins. Lo leí y me encantó, por lo que me involucré en el proyecto desde una etapa muy temprana”.
“Creo que siempre estamos buscando historias con las que nos podamos identificar”, agrega Marty Bowen, de la compañía Temple Hill. “Incluso como adultos, estás buscando cosas que te recuerden de tu experiencia en la preparatoria y que se sientan auténticas y familiares. Y el viaje de ver cómo alguien cae en cuenta de que necesita ser él mismo al admitir su sexualidad, es una cosa bastante universal en la actualidad. Y la manera en cómo esto fue abordado en el libro es la forma en la que lo abordamos en la película, que es tratarlo como tu primer beso o como los retos de pedirle a la chica que te gusta que salga contigo. En esencia, tratamos el salir del clóset como una decisión normal, cotidiana, de preparatoria, que es lo que representa para mucha gente”.
Conversaciones con Temple Hill, incluyendo con uno de los productores de la película, Isaac Klausner, tranquilizaron a Albertalli de que su querido libro estaba con el equipo correcto para guiarlo a la pantalla grande.
“Mis primeras conversaciones con ellos me convencieron de que habían entendido a estos personajes y la historia que están intentando contar”, confirma Albertalli. “Tenían el instinto que se requería para el espíritu de la historia. El nombre ‘John Hughes’ se mencionó un poco: el humor y el corazón de sus películas, y la lucha por conseguir ese balance. ¡Fue ahí que supe que querían hacer una película que hubiera sido mi favorita de joven!”.
“Como alguien que creció viendo las películas de John Hughes, esa fue la especie de piedra angular para mí”, admite Godfrey. “Cuando le vendí la idea al estudio, les dije, ‘Es como “Sixteen Candles”, pero en vez de Molly Ringwald es un chico. Y Jake Ryan sigue siendo Jake Ryan’. Fue como tomar esa amada película y contextualizarla para ellos, de tal forma que entendieran qué la iba a hacer diferente. Para mí, es una mezcla entre John Hughes y John Green. Es una gran combinación de personajes de preparatoria clásicos, muy identificables, situados en un mundo divertido y boyante —el tipo de cosa que solía hacer tan bien John Hughes durante mi adolescencia, pero que todavía resuenan entre las audiencias juveniles de la actualidad”.
“Creo que, si John Hughes hubiera continuado haciendo su serie de películas de la preparatoria, sólo hubiera sido una cuestión de tiempo de que tumbara esas barreras e hiciera una película como ésta”, opina Marty Bowen. “Así que de una manera rara, esta película forma parte en gran medida del legado de John Hughes como cualquier otra de su obra”.
Los guionistas Elizabeth Berger (This Is Us) e Isaac Aptaker aceptaron adaptar la novela de Albertalli. Shahbazian comenta, “Es una situación de ensueño tener guionistas que escriban un primer tratamiento de un guión de la manera en la que Isaac y Elizabeth lo hicieron para YO SOY SIMÓN. El guión llegó, y desde el primer día tenía una forma espléndida. Estaban ocupados escribiendo para la televisión, por lo que tuvimos que esperarlos a que estuvieran disponibles, pero valió la pena la espera”.
Albertalli añade, “Escribieron un primer tratamiento y me le dieron, y me preguntaron si tenía comentarios. Ya lo había leído y llorado, y descargado cada una de las canciones a las que habían hecho mención. Y pensé: ‘¿Se supone que tengo que entregarles comentarios?’. El guión estaba perfecto”.
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