Renée Zellweger regresa como una Bridget lidiando con la viudez y la crianza en Bridget Jones: Loca por Él
Esta semana se estrena Bridget Jones: Loca por Él la cuarta entrega de las cintas basadas en los libros de Helen Fielding que se han convertido en todo un ícono de la cultura pop. En este caso, Michael Morris (Mala suerte, buena suerte, Better Call Saul) toma la dirección, mientras que la propia Fielding participa en la adaptación del guion, junto a Abi Morgan y Dan Mazer, quien también participó en la tercera parte.
Esta cuarta parte toma lugar cuatro años después del fallecimiento de Mark Darcy (Colin Firth), Bridget (Renée Zellweger) ahora está a cargo de dos hijos: Mabel (Mila Jankovic) y Billy (Casper Knopf) tratando de lidiar con el vacío que ha dejado en ellos la pérdida de su padre y discutiendo constantemente con el profesor de Billy, el señor Wallaker (Chiwetel Ejiofor). Mientras trata de retomar su vida, Briget conoce a Roxster (Leo Woodall) un joven guardabosques que introducirá a Jones en el arte de ligar en línea ¿será el comienzo de un nuevo capítulo en la vida romántica de Bridget?
En primer lugar, creo que la película destaca por la excelente dinámica entre el guion y la dirección, pues la cinta mantiene la comedia tan característica de esta saga con una protagonista que se mete en las más extrañas situaciones. Pero también apuesta por el drama, un drama donde la pérdida también está unida al envejecimiento y la presión social sobre las familias monoparentales. Esta no es una cinta donde se quitan un personaje de en medio para seguir con la trama, sino que es parte misma de la historia y evolución de los personajes.
Personalmente, creo que pocas películas han tenido la habilidad para hacerme llorar con ganas y partirme de risa un par de escenas después y eso es más admirable en una secuela, pues demuestra el interés del equipo por entregar una cinta sustanciosa y no quedarse en un lugar seguro. Esto se logra por los excelentes montajes, la manera en la que la cinta utiliza distintos elementos para hacernos entrar en el duelo de Bridget, así como sus monólogos y aquellos detalles y situaciones que se van construyendo a lo largo de la película para crear una experiencia sólida. Fue una grata sorpresa.
La fotografía de Suzie Lavelle también haya a construir los ambientes necesarios para llegar a los matices que toca esta cinta en la que veremos tanto momentos idílicos, dignos de una fantasía contemporánea, hasta esas situaciones típicas de Bridget. También vale mencionar Dustin O'Halloran en la música para crear una propuesta que brillara con luz propia y que en lo personal creo que superó la banda sonora de la tercera entrega.
En el aspecto narrativo, existen algunos esquemas del arco romántico que en son en esencia una repetición de la primera entrega, incluso ciertos comportamientos que nos recuerdan ese aire de Orgullo y Prejuicio de la primera parte, por lo que ciertas partes de la historia se vuelven prácticamente previsibles desde un comienzo. No obstante, la cinta aborda otros temas secundarios que la hacen mucho más enriquecedora que la repetición de una fórmula ya probada.
Bridget Jones se ha destacado desde sus comienzos por ser una historia que aborda temas que han sido poco abordados o incluso un tanto tabú, representando a una parte importante de la población que no entra en el molde de las expectativas con una protagonista tan torpe como humana. Si la primera cinta es una gran celebración para abrazar los treintas y vivir bajo tus propias reglas; esta cuarta parte regresa a todo lo que hizo tan emblemática a la primera parte para abrazar la vida a los cincuenta con todos los temores que implica y mostrar lo que significa seguir adelante en una época tan caótica y extraña como la que vivimos.
Por todo lo anterior, sobra decir que recomiendo la cinta tanto para todos los que han seguido la historia desde la primera entrega como aquellos que busquen una chick-flick ingeniosa y mordaz con mucho más que ofrecer para todas las buscamos una protagonista con problemas modernos con los que más de una pueda identificarse.
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