En Deadpool & Wolverine Wade Wilson llega al MCU con una aventura irreverente llena de fan service
Este fin de semana fue una locura para los fanáticos de los cómics, no sólo por las revelaciones en la San Diego Comic Con y las novedades sobre el futuro del UMC, también por que ahora mismo está en las salas de cines Deadpool & Wolverine, una película que se ha esperado con ansias desde aquella escena post-créditos donde veíamos a Deadpool visitar la tumba del personaje más icónico en las cintas de X-Men.
Fuera de las cintas de Los Vengadores en las que estamos acostumbrados a que diversos héroes se reúnan para salvar el mundo, esta es la primera vez dentro del MCU en mucho tiempo que vemos a dos héroes independientes reunirse y tener que limar asperezas para trabajar en equipo. Esta ambiciosa historia está dirigida por Shawn Levy, conocido por cintas como Free Guy y La Llegada, así como algunos episodios de Stranger Things. Paul Wernick y Rhett Reese, quienes estuvieron en las dos entregas anteriores de Deadpool, regresan como guionistas, junto con Ryan Reynolds.
En esta ocasión, Wade Wilson (Ryan Reynolds) recibe una invitación especial por parte de Mr. Paradox (Matthew Macfadyen) miembro de la TVA para formar parte de la línea temporal principal y ser un héroe con un gran propósito. Sin embargo, ello tendrá un precio muy alto para él, por lo que decide tratar de arreglar todo a sus propios términos reclutando a Wolverine (Hugh Jackman). No obstante, primero tendrán que escapar de la poderosa Cassandra Nova (Emma Corrin) antes de que se les agote el tiempo.
En primer lugar, creo que fue un gran acierto que los guionistas originales continuaran para esta tercera parte, había mucha especulación acerca de sí el antihéroe más irreverente de Marvel continuaría con el tono adulto que había caracterizado sus cintas anteriores y parece que les dieron suficiente libertad creativa para que se divirtieran con el asunto, haciendo varias bromas al respecto. En cierta forma, la cinta se puede leer de dos maneras, la aventura de los personajes, pero también las andanzas de las cintas de superhéroes, entre sus éxitos, fracasos y los proyectos que han quedado en el olvido.
La trama es simple y enredosa al mismo tiempo: el objetivo de los personajes es claro y se mantiene a lo largo de toda la historia, pero pasarán por varias dificultades, tras dificultades que se van abonando y conjugando hacia el final, lo que hace que en momentos pueda sentirse como excesivo o cueste trabajo aterrizar todo lo que está sucediendo. Eso sí, sin duda el arco de Wolverine es increíble, permitiéndonos acercarnos al personaje desde otra perspectiva, pero que nos recuerda la esencia del personaje, las razones por las cuales nos ha encantado en cada una de sus apariciones.
Por otro lado, la actuación de Emma Corin es formidable, plasmó una verdadera psicópata con poderes desenfrenados y una brújula moral caótica. Aunque su introducción es más bien abrupta, fue una delicia ver la participación de Corin. Hay más de una sorpresa divertida entre las actuaciones que sin duda logran su cometido en la cinta, pero este es el caso en el que mientras menos detalles sepas, la satisfacción es mayor.
En el caso de las peleas, sin duda la cinta se luce, incluso si realmente no te importa la trama o no te termina por convencer, la cinta tiene un gran valor visual por sus escenas de acción y la coreografía de sus batallas, como no podría ser de otra manera, encontrarás mucha sangre y formas bastante creativas de terminar con sus enemigos. Todo balanceado con la otra parte que caracteriza a estas películas: la comedia. Ciertamente, aquí muchas de las bromas son graciosas y una que otra cachetada con guante blanco para Disney, no se siente tan excesivo o innecesario como otras películas del MCU.
En esta cinta ocurre algo similar a Spiderman: No way home donde una buena parte de su valor para la audiencia radica en el fan service y la nostalgia con la que juegan, pero igual que su predecesora, saben muy bien que hilos mover para que incluso en el mar de referencias, easter eggs y momentos esperados, el público se sienta escuchado y conectado con las personas detrás de un proyecto de este nivel. En buena forma se puede decir que es un proyecto por y para fans que honra a su propia manera a los X-men y lo que representaron para Fox en su momento.
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