El escritor Alejandro Paniagua Anguiano presenta en Nadie duerme en el mundo, un retrato de las relaciones de pareja, la paternidad, y el peso que la enfermedad impone al que la padece y a quienes lo rodean.
Platicamos en entrevista con Alejandro Paniagua Anguiano sobre su más reciente libro Nadie duerme en el mundo el cual narrado en capítulos breves y contundentes por el protagonista, un velador en una bodega de escaleras, nos narra las vidas íntimas, en el sentido más estricto, de sus personajes: el de la privacidad de sus pensamientos. Andino, su pareja, vive las secuelas de un mal, cuya existencia destroza a la pareja y a la familia. Esto lleva al protagonista a refugiarse en su mundo interno y a tomar decisiones que sólo la desesperación y el amor pueden explicar.
¿Cómo fue la concepción de la historia?
En realidad todo empieza porque yo siempre he sido como la parte enferma en las relaciones, yo siempre he tenido muchos padecimientos sobre todo neurológicos, epilepsia, depresión, entonces yo sé muy bien como una relación amorosa se ve afectada por esos trastornos; quería hablar de eso, tenía muchas ganas también de aportar mi visión acerca de la enfermedad, porque creo que es uno de los elementos que sin duda destruye las relaciones de pareja.
¿Puedes platicarnos sobre la creación de los personajes?
La parte de Andino sí tiene tiene mucho de mí en ese sentido, mucho de anécdotas personales, de ciertas actitudes frente al mundo y frente a la enfermedad, el miedo, está paranoia. Incluso esta escena donde se quiere enterar un pájaro en una pierna, alguna vez que me metí ácido LSD, fue como esa visión de que yo era un panteón y tenía que enterarme algo muerto dentro del cuerpo. Entonces ya tenía el pájaro en la mano. el cuchillo en la otra y estaba yo muy decidido a hacer esas cosas. Ese personaje tiene mucho de mí, el otro en realidad sí es una visión totalmente nueva, una creación de cero, un personaje que viene de la nada, que seguro toma elementos del mundo y de la vida pero si es totalmente original en ese sentido. no hay nadie que se parezca a él, ni nadie en particular, quizá a lo mejor una amalgama de personas que he conocido a lo largo de la vida.
La enfermedad, el dinero, de repente son cosas que no se abordan incluso en la vida real en las relaciones de pareja, como si el amor lo pudiese todo y hasta cierto punto no es así.
Sí en realidad creo que el dinero es uno de los elementos esenciales de hecho al principio, yo llevo 20 años con mi pareja, y al principio el dinero era el gran asunto, es cierto que la salud es el otro elemento, siempre hay algún malestar y siempre estamos cercanos de una enfermedad, pero sí puede ser algo que te haga pedazos. Con puro amor no se sobrevive, porque además el amor se va transformando y a lo mejor hoy amo a mi pareja, mañana la detesto y después estoy muy neutral frente a eso. Entonces sí es como una serie de malabares, de elementos, pero sí la idealización creo que es un elemento muy destructivo y muy autodestructivo, no solo basta eso, se necesita un montón de cosas para que una relación funcione y sobre todo funcione a largo plazo. Hay que estarlo alimentando.
¿Qué retos implicó el tener una parte personal dentro de la historia?
Yo siempre he dicho que soy como José José, que pruebo de todo en la vida y creo que en esta parte de esta novela yo tenía ganas de hablar de mis experiencias homosexuales y para mí ha sido complicado porque no es algo de lo que yo quiera estar contando, algo que estar compartiendo, no por miedo ni por nada, simplemente porque es algo que no tengo como este impulso de estar compartiendo con la gente. Pero para mí era importante también utilizar esta experiencia y hablar del amor de una manera más universal, que además me he dado cuenta que justamente al final del día no importa la naturaleza social, económica, la identidad, en la relación el amor humano es muy semejante en todas sus perspectivas y sobre todo en sus problemas. Me animé me a meter esta parte, a compartir esas experiencias sobre todo con la idea demostrar que los seres humanos nos comportamos igual sin importar nuestras condiciones o características.
Ya has hecho varias presentaciones del libro ¿cómo ha sido la respuesta del público?
Me ha ido muy bien le ha ido muy bien, le ha gustado también a la crítica que también es algo que a mí me importa, pero sí es cierto que la relación con los lectores es la esencial y me ha ido muy bien. Me sorprende que no hay día o semana que no recibo un mensaje de algún lector que le gustó el libro, que lo comenta, que me agradece y eso es muy enriquecedor. Siempre he querido ser un escritor de lectores, hay personas que les gusta nada más estar en aparadores y nada más pero a mí sí me gusta que mucha gente me lea y me ha ido muy bien afortunadamente con el libro, también la editorial ha hecho un muy buen trabajo. Soy un escritor muy valiente en ese sentido y yo sí mando mi libro todos los críticos y la verdad es que le ha ido muy bien y eso también me da mucho gusto. Creo que eso es lo que yo le diría a todos los escritores anímense a mandarlo, lo peor que puede pasar es que no les guste y que te hagan una mala crítica pero toda publicidad ayuda y toda publicidad a final del día es buena creo yo.
¿Tienen un proceso creativo al momento de escribir?
Yo vivo apartado, soy un tipo muy reservado y es la verdad es que la mayor parte del tiempo me la paso solo en mi oficina. Yo escribo en la madrugada también por eso. porque es el espacio. el momento donde me siento más solitario, más apartado del mundo y quiero pensar que mientras todos duermen yo estoy ahí trabajando. Mi proceso es que pienso mucho lo que escribo, tanto que a veces ya llego y parece que ya de memoria me sé lo que voy a escribir, porque pienso y pienso todo este tiempo lo que voy a hacer y creo que mi proceso sucede más en la mente que realmente en la computadora, sobre todo que soy muy obsesivo, entonces me gusta eso, estar dando vueltas a las ideas hasta que terminan cobrando vida.
Nadie duerme en el mundo, ya disponible en librerías.
Comments