Un grupo de amigos parte de la Ciudad de México hacia Real de Catorce, todos ellos tienen vocación por la fiesta y por diversas sustancias, personas y cosas, entre ellas el amor que comparten, y que es su ancla en la vida. Ahora van camino al desierto. Un evento inesperado los fisuró y los impulsó a honrar la promesa de hacer juntos un viaje al interior, donde podrían reencontrarse o perderse para siempre.
¿Cómo fue la concepción para esta historia?
Los primeros pasos fueron incluso previos al último libro de la trilogía “Quiéreme”. Lo empecé a pensar con una idea alrededor del 2012, entonces ya traía yo esté historia entremanos y tomó su tiempo llevarla a buen puerto. Requirió mucho pensar ya que son ocho personajes, el perfil de cada uno, fueron muchos años de reunir información, de leer de tomar notas y ya dos años para escribirla. La historia se me ocurrió un día en un rave en el que estaba, el día en el que se iba acabar el mundo supuestamente, el 21 de diciembre del 2012. Estábamos en Tulum, nos aventuramos a enfiestarnos antes de que el mundo se terminará. Ahí me vino en un momento de ver a todo mundo muy enfiestado, contento, eufórico y muy puesto de diferentes sustancias de distintos calibres. Me entró la inquietud de qué onda con la aproximación a las drogas, en plan búsqueda lúdico creativo, ¿por qué hay gente a la que le caen tan mal y por qué hay aquellos a que les cae tan bien? ¿Qué onda con las adicciones, por qué se puede ser adicto a muchas cosas y no nada más a sustancias? se puede ser adicto al trabajo, a la comida, al teléfono, a otras personas. Me entró esta inquietud por todos estos temas de cómo nos aproximamos a las cosas en una época muy difícil como de mucha desconexión como de mucho vivir para trabajar y que yo creo es el origen de muchas de nuestras frustraciones y nuestras adicciones o dependencias.
¿Cómo fue la creación de estos personajes?
Puedes pensar mucho en los personajes antes de ponerte a escribir pero hasta que no lo haces, es el momento cuando se empiezan a perfilar, a complejizar y yo siento que ya escribiendo es metiéndolos en acción. Porque sólo entonces te vas dando cuenta de cómo reaccionan de acuerdo a las circunstancias y cómo interactúan. Porque esta historia es sobre todo la interacción y el vínculo de este grupo de amigos, lo que les pasa en 10 años en cuanto a sus vidas, sus familias, sus trabajos, sus búsquedas, sus tropiezos, sus replanteamientos, pero sobre todo es la historia de su amistad y las relaciones entre ellos.
¿Cómo es tu relación con los personajes como autora?
Los personajes sorprenden cantidad de veces. La escritura es un proceso muy parecido la vida misma, vas avanzando a ciegas crees que lo tienes todo como trazado o delimitado pero en realidad a veces no hay nada controlado. Entonces si vas avanzando un poco a oscuras y a tientas y prendiendo las luces de los cuartos conforme vas entrando y hay momentos en que te encuentras con muchas cosas inesperadas. Yo tenía la firme intención en este libro de tratar de hacer un protagonista masculino, los siete personajes son protagónicos, pero sí tenía ganas de explorar la mente masculina. Porque los “Quiéreme” son súper femeninos, la protagonista es mujer y todo se cuenta desde su perspectiva, desde su voz y entonces tenía ganas de explorar este otro aspecto y me encantó, fue una grata experiencia en ese sentido creo que personajes masculinos fuertes interesantes y divertidos hay en esta historia.
¿Cómo es dejar atrás a tus personajes al terminar un libro?
Es terrible, es horrible, es espantoso, el desprendimiento si me cuesta mucho trabajo, acabar todos mis libros siempre es un duelo grande para mí.
¿Cómo fue tu investigación sobre el tema?
Sí, leí mucho. No quise aventurarme a tocar estos temas tan intrincados sin un buen fundamento; de hecho parte de la escritura del libro que me costó mucho trabajo fue después de la primera versión, quitarle todo lo didáctico. Porque luego pasa eso cuando investigas mucho para un libro, quieres meter toda la información, entonces parte del proceso de edición fue limpiarlo y dejar que la acción transcurriera y no detenerla para explicar cosas.
¿Qué te dejó al final esta historia?
Estuvo rudo porque creo que sí es el libro con el que hay mucho de mí en juego ahí. Y no es que los anteriores no lo haya habido, por supuesto que sí, pero aquí sí fue como echar toda la carne al asador. Sí fue una cosa muy personal, muy involucrada y también como historia propia en torno a estos temas que me llegan, que me calan, historias familiares en torno a las adicciones. Y si me encariñé muchísimo con estos personajes, entonces si yo creo que de mis libros es el que más tiene de mi entrega, esfuerzo, tiempo, todo lo que implica hacer un libro.
“En el viaje” ya se encuentra en librerías.
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