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Foto del escritorDroideTV

Five Nights at Freddy’s: los animatrónicos más famosos cobran vida

Los efectos prácticos y los easter eggs logran proyectar el ambiente del videojuego a la película

Five Nights at Freddy’s

Este año hemos visto películas de grandes fenómenos de la cultura pop como Super Mario Bros, La película y Barbie, esta semana toca el turno de la adaptación del popular videojuego homónimo con un extenso lore: Five Nights at Freddy’s cinta dirigida por Emma Tammi, con la participación de Scott Cawthon, el creador de la franquicia de videojuegos, en el guión junto a Seth Cuddeback y Emma Tammi.


La historia sigue a Mike (Josh Hutcherson) un chico que es orillado por las circunstancias a trabajar como guardia de seguridad nocturno en Freddy Fazbear’s Pizza, un restaurante abandonado que solía ser muy popular por sus juegos y sus animatrónicos. Mike intenta mantener su trabajo, cuidar de su hermana pequeña, Abby (Piper Rubio) y descubrir un misterio que lo ha atormentado durante mucho tiempo. En medio de eso, descubre que el restaurante no es tan solitario como pensaba y sus inquilinos no son precisamente amigables.


En primer lugar, sin duda los efectos prácticos y especiales que se utilizan para que Freddy, Bonnie, Chica y Foxy son bastante buenos, sin duda cada que aparecen roban toda la atención. El set también logra ambiente de una pizzería clásica con juegos para niños, a la vez que tiene un aire siniestro, especialmente conforme se va desarrollando la trama. El aspecto visual dela película es uno de sus mayores fuertes, donde se muestra un gran empeño para hacer que el videojuego salte a la acción viva.


Además, hay muchos elementos del videojuego ahí, entretejiendo partes del lore para poder abarcar tanto como se pueda junto a varios easter eggs que no sólo involucran varias entregas del juego, sino a la comunidad misma. Claramente hay varios guiños para los fanáticos y un trabajo enorme para demostrar el amor por esta historia.


Hutcherson tiene un papel donde podemos ver más su lado dramático, con una subtrama interesante de la que deseas saber más, haciendo una buena dupla con Piper Rubio. Al parlos acompaña Matthew Lillard, cuya participación se disfruta mucho, Elizabeth Lail como Vanessa, funcionando como una especie de guía para Mike y Mary Stuart Masterson, como la tía Jane, un personaje con cierto humor en su espíritu cínico.


La historia tiene un gran potencial, con algunos giros de tuerca interesantes, pero la ejecución se queda un poco tibia. La dosis de sangre es muy puntual, con escenas veladas que permiten que un público más amplio pueda verla, pero definitivamente tienes que darte a la idea de que no vas a ver algo similar a Saw o Resident Evil sino que es una trama con un carácter un poco más introspectivo, pero sin llegar a profundizar demasiado.


El punto débil de esta película es que no queda muy claro cuál es su tono y, para quien no ha jugado, hacia dónde irá la trama. Algunas pistas se hacen evidentes desde el momento que aparecen, mientras que otras son un poco más oscuras hasta que se hila todo. Sin embargo, en ocasiones le cuesta crear la tensión suficiente y algunas de las mayores revelaciones se hacen sin mayor peso emocional, casi a modo de anécdota. Eso sí, cuando logra llegar al terror y la inquietud, lo hace bastante bien, con algunas escenas memorables.


Así pues, se trata de una película que piensa en sus fanáticos todo el tiempo y se asegura de brindarles una buena cantidad de fanservice y efectos de calidad. Los distintos planos que maneja entre el restaurante, el mundo interior de Mike y el exterior es interesante, se disfruta para pasar un momento con amigos, pero hay que saber ajustar las expectativas a una cinta que busca encajar con varias generaciones a la vez.

Andrea Rodriguez

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