Gints Zilbalodis se involucró también en la música de la película Flow que dirige y anima.
El arranque de año también trajo consigo dos grandes estrenos en México: Nosferatu y Flow, pelicula animada que este fin de semana fue premiada con el Globo de Oro a la Mejor Película Animada y ha recolectado varios premios, incluyendo cuatro premios en el Annecy y Mejor Largometraje Internacional de Animación en la pasada edición de la FICG, donde también tuvo un estreno exclusivo previo a su llegada a las salas mexicanas.
Dirigida por Gints Zilbalodis (Away) quien también trabajó en el guión junto a Matiss Kaza, la cinta tiene una historia sencilla y atrapante al mismo tiempo: seguimos a un gato en un mundo postapocalíptico sin humanos, quien se ve obligado a dejar su hogar y sus comodidades debido a una terrible inundación. Para sobrevivir, el gato deberá convivir con otros animales en una barca y superar sus miedos en medio de la incertidumbre total.
La producción de la cinta fue un periplo por si mismo, siendo una producción de Letonia, Bélgica y Francia en la que participan Dream Well Studio, Sacrebleu Productions y Take Five. La cinta fue animada en Blender, un software de código con el que Zilbalodis logra un estilo de animación en 3D memorable en el que involucra distintas tomas de cámara y perspectivas que van formando un entramado visual bastante disfrutable.
Al igual que Mi amigo el robot la historia se desarrolla sin diálogos, en su lugar se vale del lenguaje corporal de cada uno de los personajes, el delicado foley y la música compuesta por Rihards Zalupe y Zilbalodis, la cual crea distintos ambientes a lo largo de la cinta, en ocasiones anclando los momentos contemplativos y en otras acompañando aquellos puntos climáticos que te mantienen al filo del asiento.
Los personajes están muy bien definidos, cada uno con una personalidad que se va manifestando, un lenguaje que va manifestando su personalidad y especie, pero también con sus propios retos y defectos que los llevarán a evolucionar durante la travesía. Hay una ardua investigación y una atención al detalle que se nota en la manera en la que podemos empatizar con ellos e incluso recordar a nuestras mascotas en algún momento o a nosotros mismos.
La cinta tiene una dualidad peculiar: a priori es muy fácil de seguir, al menos a nivel narrativo sigue una estructura típica del viaje del héroe que se puede comprender sin demasiadas complicaciones; no obstante, es una cinta que requiere de tu atención para dar con lecturas más profundas donde los detalles nos van contando más sobre el trasfondo de los personajes. Sin un solo diálogo, la cinta puede ofrecer diversas lecturas e interpretaciones y desde ahí permitir que cada persona se lleve algo distinto en momentos diferentes.
Así pues, tiene la cualidad de los grandes clásicos: es universal, pero sin dejar de proponer y de retar al espectador; podemos ligarla con su época y la manera en la que se han dado cambios abruptos y gigantescos, pero también es atemporal, pues los retos que muestra son una metáfora que puede aplicarse a distintas etapas de la vida y momentos en el tiempo. Creo que es una cinta inteligente que toca nuestras fibras más sensibles e irónicamente, nos recuerda lo más esencial de nuestra humanidad. El fotograma final de la cinta se quedará para siempre en mis recuerdos.
Podría enumerar todos sus premios y elogiarla desde distintos puntos, pero sin duda lo más práctico es recomendarte que vayas a verla, vivas esa experiencia y saques tus propias conclusiones. Por lo pronto, me consta que más de una persona en mi círculo ha llorado al verla.