La tercera entrega sigue la dirección de sus antecesoras, con una aventura muy personal
Este jueves se estrenó Guardianes de la Galaxia Vol. 3 la apuesta de Marvel para este verano y el episodio final para esta peculiar familia de antihéroes espaciales. Dirigida y escrita por James Gunn, algunas críticas señalan que la cinta es lo mejor que a lanzado Marvel desde Endgame, dando batalla al hartazgo general por las cintas de superhéroes.
La cinta nos muestra a Quill (Chris Pratt) todavía devastado por la partida de Gamora (Zoe Saldana) con Nebula (Karen Gillan) tratando de mantener el orden mientras Drax (Dave Bautista) y Mantis (Pom Klementieff) intentan consolar a su amigo. Entonces, una nueva amenaza aparece que obliga a los Guardianes a embarcarse a una nueva aventura que podría poner a más de uno al borde de la muerte.
Por supuesto, uno de los aciertos más conocidos de las películas de los Guardianes de la Galaxia es su soundtrack, tanto las canciones icónicas como aquellas composiciones propias de la cinta. Si bien hay algunos momentos donde se siente forzado, otros realmente tienen un buen tino; sin mencionar la manera en la que Gunn juega con la diégesis al momento de emplear la música, algo que no sólo hace más orgánico el uso de la música, sino que nos introduce en el mundo interno de los personajes.
En esta entrega conocemos al Alto Evolucionador, sin duda un villano memorable, tanto por la manera en la que sus atrocidades se sienten cercanas a escenarios reales como los experimentos en animales; como por la actuación de Chukwudi Iwuji y la forma en la que nos van presentando a este villano, principalmente a través de sus actos y sus experimentos antes de aterrizar en él. Si bien no se ahonda demasiado en él, tiene momentos en los que llega a sentirse como una gran amenaza.
Ciertamente, también hay momentos en los que la trama avanza con una peligrosa facilidad. Algunas dificultades que aparecen en el camino no le suman a la trama o se resuelven tan rápido que no llega a sentirse una verdadera tensión o preocupación, incluso llegan a lo predecible. Por otro lado, las escenas de acción son tremendamente buenas, con tomas alocadas que hacen el combate aún más fluido.
También es importante mencionar el aura triste que cubre esta película, en principio de cuentas porque se solventa sobre una historia de origen trágica. Esta vulnerabilidad ayuda a sentirla cercana, emocional, empática. Por otro lado, está el hecho de que sea el cierre para el grupo, lo que significa que muchos de sus arcos narrativos deben de tomar dirección y otros se cerrarán, mostrando un acto final muy emotivo para los fanáticos.
Creo que esta nueva entrega funciona porque trabaja en todos los aspectos en los que la mayoría de las películas de superhéroes actuales están tambaleando: nos muestra un cuidado en el uso de los colores, las tomas, la música e incluso un concepto muy cuidado del villano que se va reforzando en sus creaciones. Pero todo este apartado estético va acompañado de una historia con propósito y las dificultades personales de varios personajes, los vemos tan poderosos como frágiles.
No estoy segura de lo que pase con Marvel después de este cierre, pero por lo menos se puede decir que Guardianes de la Galaxia ha tenido una calidad y una esencia consistentes que sin duda se disfruta de una manera que hace tiempo que no sucedía con las películas de superhéroes.
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