El testimonio del mánager que todo artista deseó tener.
El negocio de la música (por alguien que sabe demasiado). André Malraux dijo en cierta ocasión que la verdad de un hombre reside en lo que calla. De «Tibu» podría decirse algo parecido: su silencio no tiene precio. En su memoria anidan cientos de anécdotas que ha vivido junto a los grandes músicos de las últimas décadas. En estas trepidantes e imprescindibles memorias desvela los secretos de su profesión y su particular visión de los últimos 50 años de la música rock en España.
Carlos Vázquez Moreno, conocido como Tibu tocó como bajista con Antonio Flores, Ramoncín o los míticos Scorpions; creó su propia banda de rock duro; se sacó el título de Director de Orquesta en el Conservatorio; fue directivo de la discográfica Zafiro y creó su propia empresa de management musical, representando a importantes artistas como El Canto del Loco u Hombres G. Platicamos con él sobre sus memorias.
¿Fue sencillo elegir las historias que contarías?
La selección de esas historias eran los pecados confesables, hay muchos más inconfesables, pero me acojo al secreto de confesión y digamos que ese selección son las historias que a mí me habían llamado más la atención de cada artista, de cada situación. Y no solamente habla acerca de los artistas que he representado, también de alguna manera es un tributo para esa gente que trabaja mucho detrás del escenario para que un artista sobresalga, desde la maquilladora, la que plancha, la cocinera, el conductor, el sonorista, es una bola de gente inmensa para que el artista tenga todo listo y es maravilloso. Fue mucho hacer un pequeño homenaje a cómo es y cómo surgen en estas cosas, detrás de los reflectores hay un equipo de gente increíble que no conocen las horas de trabajo, no hay límite y se lo merecen todo, yo dirijo esos equipos y me siento muy orgulloso de ser parte de ellos
¿Cómo fue para ti primero ser músico y después manager?
Me hizo ser el manager que yo nunca tuve. Yo conocí las carencias que había. Para mi manager me sonaba como Darth Vader y cuando decidí ser manager, cuando me lo propusieron, quise ser aquel que nunca tuve, mejorar un poco las cosas que ya había conocido que funcionaban y suprimir muchas otras negativas. Esa ha sido mi batalla durante todos estos años y por eso he sido manager de tantos artistas reconocidos. También por ser músico yo tengo un criterio diferente al resto de mis compañeros, el artista sabe que cuando yo le digo que está desafinado se lo estoy diciendo de verdad Y eso hace que me respeten un poco más.
¿Cómo fue presenciar el cambio de la industria discográfica?
Es verdad que sea industria se ha radicalizado mucho, es talmente diferente de como yo la conocí. La aparición de las plataformas digitales yo creo que le ha dado la última estocada a las disqueras que ya no tienen lugar porque es un soporte ya no tiene sentido. Ni yo que me dedico a la música tengo un reproductor de discos en mi casa entonces esto ha significado un cambio sustancial en la industria no sabemos todavía si será mejor o peor. Pero ha cambiado el oficio, el trabajo tanto del músico como del manager como de todos.
Quizá yo soy el último representante en España de la vieja escuela y parece que la industria me ha estado empezado a echar de menos y hoy, algunos años retirado, la empiezo a echar de menos. Si bien hay nuevas generaciones que vienen detrás mío, están más preparados de seguro empresarialmente, en conocimientos porque por ejemplo de plano yo no hablo inglés entonces ahí me ganan seguro. Pero creo que carecen de la pasión y de romanticismo que esta profesión requiere, por más que bajen mañana los marcianos y cambie todo, el artista agradece qué hay un manager que sea su almohada, su confesor, su padre, su terapeuta.
¿Cómo es tu perspectiva de quienes consumen música de acuerdo a cada género e incluso el asunto del merchandising?
El tema del merchadising es uno que en merecería ríos y ríos de tinta. A lo mejor hay artistas como el caso de los Hombres G, que son artistas muy famosos y sin embargo no venden tanto merchadising, pero aparece otro género y otro grupo como Mago de Oz del cual también fui manager y ellos venden toneladas de merchadising. Depende del estilo. Luis Eduardo Aute fue artista mío también durante años y ni nos planteamos vender playeras sin embargo si me dices ¿Sacarías vinilos de él? te diría que sí, porque el público consumidor de esa música si le gusta comprar vinilos. Merecería un análisis de profundidad. Marta Sánchez por ejemplo no tiene tampoco playeras ni vinilos, ella vende exclusivas para revistaS del corazón o apariciones en los programas estelares, cada artista es un mundo.
¿Qué opinas del fenómeno del reggaeton?
Al reggaeton yo no lo puedo respetar, ni la llamada música urbana. Si lo respeto como fenómeno social, pero me parece una verdadera porquería. El reggaeton se hace por inmediatez, que proviene del internet. Cualquier persona se graba, pones una base que diga "atún con pan, atún con pan" y a partir de ahí empiezas a lanzar letras groseras la mayoría de ellas, te haces fotos con cadenas de oro y mujeres en bikini y suelta las groserías que se te ocurran y utilizas el auto-tune como vehículo para convencer a la gente. Me parece que detrás de eso no hay nada respetable, pero no deja de ser el fenómeno que la gente quiere y al final quién decide es el público y no es que esperemos lo contrario, es una lucha que espero acabe pronto, espero que haya una luz que ilumina al público y diga ¿qué es lo que estamos haciendo? Esas carreras tan bonitas de larga duración por ejemplo de Led Zeppelin o cosas así, ahora son impensables es muy probable que ya no suceda nada de eso y es una lástima.
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