El estudio reestreno una versión remasterizada de la cinta Coraline y la puerta secreta en su 15 aniversario
La animación es un género que puede llegar a ser bastante demandante y no siempre es lo suficientemente reconocido, pese a esto, sin duda hay varios títulos que terminan por ganar un lugar en nuestras memorias. Hace casi 20 años atrás un estudio joven trabajaba en su primera cinta, Coraline y la puerta secreta para lo cual decidieron adaptar un cuento infantil de Neil Gaiman (Buenos Presagios, American Gods, Sandman).
La película fue dirigida por Henry Selick, también encargado de Jim y El Durazno Gigante, El Extraño Mundo de Jack y más recientemente Wendell & Wild y si has visto cualquiera de ellas, adivinarás que decidió trabajar con el stop-motion para darle vida a Coraline y la Puerta Secreta la cual a 15 años de su estreno fue reestrenada en una versión remasterizada, incluyendo 15 minutos de material adicional y la posibilidad de verla en un formato 3D.
La cinta llegó a México a través de las salas de Cinepólis y aunque originalmente finalizaría sus proyecciones el 21 de agosto, se ha extendido una semana más, de tal manera que el próximo 3 de septiembre y en algunos completos el domingo 4 es el último día para disfrutar de esta cinta que se volvió una insignia para Laika Studios. Estas proyecciones especiales hicieron que los artistas volvieran a los modelos de aquel entonces y reflexionaran con nuevos talentos sobre las posibilidades con la tecnología de hoy en día, pero también en los retos para recrearla, parte de lo que podrás ver en pantalla.
En 3D sin duda es toda una experiencia. Por una parte, la calidad de la imagen es simplemente increíble, la nitidez de los colores y los detalles de las texturas hacen que esta historia tenga más vida que nunca. En lo personal, creo que esta es una excelente oportunidad para acercar a las nuevas generaciones a una joya de la animación que más de uno recordaremos con cariño, una historia capaz de llegar a la oscuridad de los hermanos Grimm, pero que logra un buen balance entre la familia y el compañerismo, sin duda el tipo de cintas audaces para niños de ayer y hoy.
Por otro lado, verla como adulto y a 15 años de distancia ayuda a notar cosas que siempre estuvieron ahí y no vimos, revalorar no sólo el trabajo de los animadores, también la música de Bruno Coulais que le brindó un ambiente peculiar a esta película. Separando lo más posible a Gaiman de su obra, me parece que este reestreno da en el clavo con la nostalgia que últimamente se vive en el cine, a la vez que nos anticipa para la nueva cinta de este estudio: Wildwood, la cual llegará a cines el próximo año.
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