
#JohnWick3 es una frenética poesía visual con un trabajo de coreografías de acción impecables y una trama que sigue complicándose con el apoyo de un elenco que da peso actoral sin diluir la calidad de la franquicia.
John Wick regresa a la acción, solo que esta vez con una recompensa de 14 millones de dólares sobre su cabeza y con un ejército de mercenarios tras de sí. Tras asesinar a uno de los miembros del gremio de asesinos al que pertenecía, Wick es expulsado de la organización, pasando a convertirse en el centro de atención de miles de asesinos a sueldo que esperan detrás de cada esquina para tratar de deshacerse de él.
El mundo de Wick se expande aun más en esta tercera entrega, tomando en cuenta que la primera es un trabajo minimalista en donde los recursos cercanos fueron explotados con creatividad volviéndolo en un clásico contemporáneo del cine de acción. La segunda se expandió y mostró un mundo complicado, pero ante ello una serie de reglas entre tanta violencia, con personajes secundarios que dieron mucho peso a la trama y lograron una narrativa fluida y sobretodo tensión y momentos impredecibles.
La tercera cinta llega con carga dramática por lo que desde el primer momento el ritmo es tenso y en poco minutos sumerge en los detalles para que, aquellos que arriban sin haber visto las anteriores no se pierdan. Pero la trama sigue sencilla en su esencia, ahora es un hombre tratando de salvar su vida. Sin embargo ahora aquellos que lo ayudaron tendrán que sufrir también las consecuencias.
En los nuevos personajes tenemos dos apariciones importantes, Anjelica Huston como The Director es imponente desde el primer instante, otorgando fuerza a las escenas dándole peso al filme. Así surge también Halle Berry en la cual destaca su labor en las acrobacias. Se que los actores no ejecutan todas sus escenas de riesgo pero es evidente cuando si realizan aquellas a primer plano y el trabajo así como la mancuerna con Reeves nos regala algunas de las escenas más emocionantes en la cual se acompañan de dos canes que también se convierten en piezas claves de esos momentos.
La creatividad en las ejecuciones y peleas es otro de los factores clave en la franquicia, nace del debut en donde quizá el presupuesto restringido requería más el uso de la imaginación entre las peleas, pero se mantuvo como otro detalle que la hace especial. Asi vemos a John en un cuarto de cuchillos antiguos, sobre un caballo enfrentándose a motociclistas, asi como otros momentos impresionantes. Muchos momentos parecen casi salidos de un cartoon para adultos en acción viva pero curiosamente funciona sin problema, nos sumerge en ese momento y la lógica que suspendemos se mantiene concisa.
La elegancia es otro de los factores de la franquicia, en esta tercera cinta el submundo es más amplio pero no pierden una uniformidad visual, los colores, los escenarios que entre los litros de sangre y los crujidos de cráneos lo hacen un espectáculo visual muy interesante. A ello le agregamos las escenas en el desierto cuya locación simplemente resulta fascinante en pantalla. Los efectos especiales son sorprendentes, difuminando la realidad y la fantasía de manera eficaz.
Pero no se trata de pura acción y balazos, el cast apoya dando peso actoral, como la historia presenta momentos genuinamente tensos e impredecibles para estar al filo del asiento, incluso hay destellos de humor para destrabar la quijada de vez en cuando.
Los ingredientes de una cinta de acción nuevamente son mezclados de manera impecable, las coreografías en las peleas se mantienen precisas y creativas. Parece como si tan solo supieron como mantener a flote el filme pero van más allá, ahora las dimensiones son mayores y permanecen en equilibrio sin problema. Un viaje agitado para saciar las ganas de acción, que se distingue y no diluye su calidad.
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