Resident Evil de Capcom llega a su 25 aniversario este año y por ello tienen varios lanzamientos en celebración.
Uno de los lanzamientos por el festejo es el videojuego Resident Evil Village, varias adaptaciones en pantalla en proceso, incluida una serie de televisión en acción viva y la serie animada de Netflix Resident Evil: Oscuridad infinita que ya podemos ver.
Ambientada en 2006, la historia de la serie se sitúa entre los eventos de Resident Evil 4 y 5, en donde Leon es llamado a la Casa Blanca y encuentra la instalación federal bajo el ataque de oleadas de muertos vivientes. Claire ahora trabaja para organizaciones internacionales de ayuda en el extranjero y descubre un país devastado por la guerra con una historia traumática que está relacionada con la investigación de Leon, lo que lleva a los dos a reunirse en una nueva misión.
Debido a su tono de guerra e intriga política, la serie se enfoca en tiroteos más que en tácticas de terror más convencionales. Hay secuencias tensas e imágenes aterradoras a lo largo de la serie; sin embargo, se siente más en la línea de la trilogía intermedia de los juegos de Resident Evil y se inclina más a la acción en lugar del terror presente en las primeras y últimas entregas de la franquicia.
Las secuencias de acción están muy bien terminada y las imágenes en la ambientación están muy bien cuidadas. Uno de los inconveniente es el ritmo de la serie, que se siente más como una película larga dividida en capítulos, interrumpe el flujo general de la historia y por lo tanto quizá no todos termine felices con la narrativa.
Lo bueno, es que volvemos a ver a Leon inmerso en la acción, por otra parte Claire no tiene el nivel que esperaríamos. La experiencia general puede haber sido mejor para una película que para una serie animada de cuatro episodios. No es una historia imprescindible y no se nota el esfuerzo por serlo, es un relato paralelo en donde vemos a Leon al centro de la trama.
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