En Saturday Night Jason Reitman dirige esta alucinante historia sobre una noche tan caótica como divertida.
Saturday Night Live es uno de los shows más reconocidos tanto en los Estados Unidos como fuera en el cual han participado grandes nombres, sin mencionar a sus invitados tanto del cine como la música o los programas y talentos que se inspiraron en su formato para crear sus propios proyectos. Todo fenómeno empieza en algún lugar, por lo que Saturday Night nos muestra esa primera noche de 1975, cuando apenas era una idea a prueba.
Jason Reitman (Amor sin Escalas, Gracias por Fumar, Juno) se encarga de la dirección, demás de escribir el guión al lado de Gil Kenan que nos transporta a la noche del 11 de octubre de 1975, en la que Lorne Michaels (Gabriel LaBelle) se esfuerza en tener todo listo para el arranque en vivo junto a su esposa Rosie Shuster (Rachel Sennott) y un equipo entusiasta con sus propias problemáticas cada uno que podrían retrasar el estreno o hacer que se descarte por completo ¿qué pasará cuando llegue la hora?
El elenco está conformado por Cory Muchael Smith, Ella Hunt, Dylan O’Brien, Emily Fairn, Matt Wood, Lamorne Morris, Kim Matula, incluyendo a Willem Dafoe, J. K. Simmons entre varios otros que aparecen en pantalla para recordarnos al equipo que formó parte de esta primera emisión. Definitivamente se trata de un grupo que sabe mantener el nivel a lo largo de la actuación, siendo LaBelle el hilo conductor que agrupa al variopinto grupo, cada uno dando lo mejor para presentar a su personaje. Especialmente, difruté de la participación de Wood y Dafoe, pero seguro cada persona podrá encontrar un favorito.
Narrativamente hablando, la cinta puede llegar a sentirse caótica y abrumadora, pero ese es justo el sentido. Más allá del rigor histórico o las licencias poéticas que pudieron tomar, es efectivo a la hora de mostrar todo lo que involucra un programa de televisión de ese calibre y el desafío que representa materializar una idea tan desafiante como ambiciosa. En ese sentido, es una historia con la que es posible identificarse o sentir cierta simpatía por la manera en que nos muestra los sueños e intereses detrás de ese primer episodio.
También es cierto que se trata de una cinta más de nicho. Puedes disfrutarla sin conocer el show o el impacto que tiene, pero sin duda es más fácil abordarla y entender las relaciones y dinámicas entre los personajes en medida en la que sabes quiénes son y cuál ha sido su trayectoria. Además, la cinta hace varias referencias sobre el mismo programa y en general la televisión norteamericana, por lo que es probable que lo disfrutes más en medida que puedas reconocer los guiños o easter eggs.
En términos de formato y edición, la cinta logra mantener un buen ritmo a lo largo de su desarrollo, lo cual no es nada fácil. En cierta manera, tiene la cualidad de adaptar una época con vestuarios y set que nos llevan ahí, pero el formato está muy consciente de las tendencias actuales: siempre hay algo que ver y más de una vez aparecerán sorpresas o giros que te obligarán a mantener la atención en la pantalla. El tiempo se acerca mucho al tiempo real, por lo que puede llegar a sentirse agitado como en pocas cintas.
En resumen, es una cinta que gira entorno a una referencia y una cultura televisiva muy específica, pero se las ingenia con distintas técnicas para hacer algo entretenido que pueda llamar la atención del público general y hacer que te partas de la risa de un modo u otro. Un homenaje hecho con cariño que revisita esa noche y nos presenta un show antes del show.
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