Sonic 3: la película nos muestra a uno de los grandes adversarios del erizo y su trágica historia
Esta semana llegó a las salas de México Sonic 3: la película, una cinta sumamente esperada por los fanáticos de esta saga de videojuegos prácticamente desde el estreno de la segunda parte en la que se revelaba que Shadow aparecería en la siguiente entrega. Nuevamente Jeff Fowler corre a cargo de la dirección con Pat Casey, Josh Miller y John Whittington en el guión.
En esta ocasión, Sonic (Ben Shwartz) Tails (Collen O’Shaughnessey) y Knuckles (Idris Elba) aprenden a hacer equipo y vivir en armonía con Tom (James Marsden) y Maddie (Tika Sumpter) cuando un misterioso ataque despierta a Shadow (Keanu Reeves) una criatura sumamente poderosa con una historia unida a la joven Maria (Alyla Browne). Para descubrir al autor del extraño ataque, Sonic tendrá que hacer lo que menos pensaría: aliarse con el Dr. Ronotnik (Jim Carrey).
En primer lugar, creo que una de las cosas que más se disfrutan de esta serie de cintas son sus efectos especiales, si bien en ocasiones uno se siente dentro de un videojuego, esta es la historia donde esa es una sensación agradable; hay varias referencias e easter eggs que lucen bastante gracias al cuidado en los detalles de los personajes, las batallas y otras situaciones que vemos en pantalla, sin duda el equipo mantiene la calidad que los ha vuelto populares.
El tono de la película es un sube y baja de emociones: de repente tenemos escenas sumamente cómicas que juegan con lo ridículo y absurdo, pero después tenemos una historia triste y entrañable para entender las motivaciones de los personajes. Personalmente, creo que la historia de origen de Shadow llega a conmover, la edición y el ritmo con el que se nos muestra de poco en poco nos permite empatizar con él; por otro lado, está el trabajo de Jim Carrey, que toma un peso mayor en esta cinta y juega bastante con todo lo que puede mostrar para hacernos reír, no obstante, en momentos se siente que no todo logra desarrollarse bien, pues hay dos personajes con tonos opuestos en el centro del foco.
En este sentido, Sonic pasa a segundo plano en un universo que es más grande que él, incluso la rivalidad con Shadow se siente expuesta apenas superficialmente. En momentos son demasiados personajes tomando parte de la historia, aunque se aprecia que la cinta no llega a ser abrumadora y los personajes que no tienen tanto peso tienen justo las apariciones necesarias sin atropellar la historia. No obstante, el erizo azul se siente un poco desdibujado en esta ocasión.
Aunque, también es posible que mi impresión se vea influenciada por el doblaje: personalmente creo que el trabajo de Luisito Comunica se siente plástico, a veces demasiado monotonal para lograr todo el rango emocional del personaje en esta historia. Por otro lado, se disfruta la colaboración de René García, Bonnie Miuller y la manera en la que Mario Castañeda se esfuerza en darle el toque humorístico a su interpretación para que sea coherente con lo que hace Jim Carrey.
Así pues, se trata de una película esencialmente para fanáticos, pero que es fácil de seguir para toda la familia y curiosos. La cinta logra estar a la altura de las expectativas, pero por apenas poco, el erizo empieza a perder el impulso de la primera entrega, cosa que tendrá que cuidar. Pese a ello, se valora sus ganas de colocar toda la carne en el asador y hacer algo explosivo y alegrarle el día a más de uno. Definitivamente querrás quedarte a ver los créditos.