Para aficionados de la franquicia, el elemento más emocionante de Terminator: Destino Oculto podría ser el regreso de las estrellas originales Linda Hamilton y Arnold Schwarzenegger. “Como aficionado que soy, me pregunto cómo me sentiría de ver otra película de Terminator”, comenta el director Tim Miller. “Podría pensar, ‘¿Se necesita?’. Hasta que supe que Linda está de regreso y vamos a terminar la historia de Sarah Connor. He ahí una razón para ir a verla. Y, para mí, como director, esa es la razón para hacer la película. Sin ánimo de ofender a las otras actrices que la han interpretado en otras películas, pero para mí sólo hay una Sarah Connor y esa es Linda Hamilton”.
El papel está asociado de una manera tan estrecha a la actriz que nunca hubo duda alguna que los realizadores le iban a pedir que regresara para Terminator: Destino Oculto. “Creo que ninguno de nosotros imaginó a alguien más en el papel”, comenta James Cameron. “No hubiéramos traído de regreso a Sarah sin Linda. Cuando Sarah aparece en pantalla, sólo sientes, ‘Perfecto, aquí vamos otra vez’”.
Una figura revolucionaria en una época en la que los héroes de acción eran masculinos casi por definición, la transformación de Sarah de una mesera ingenua a una luchadora de guerrilla para poder salvar a su hijo del Terminator original, la convirtieron en un icono cinematográfico. Hamilton de nueva cuenta rompe el molde como una Connor más vieja, y quizás más sabia —y definitivamente mucho más enojada.
Si bien películas de acción recientes tales como Wonder Woman y Captain Marvel han presentado protagonistas femeninas, explica Cameron, Sarah Connor es única en su categoría. “¿Cuántos de esos personajes tienen más de 40 años?”, pregunta. “Es una lista muy pequeña. ¿Cuántos tienen más de 60 años? Absolutamente ninguno. Los hombres siguen cargando pistolas entrados sus ochentas. Pero en nuestra sociedad descontamos a las mujeres mayores. En la mitología clásica, ella es la guardiana de la sabiduría, en ocasiones la hechicera o la profeta, pero siempre una figura poderosa. Eso lo juntamos con una heroína de acción cojonuda y se genera algo que nunca has visto”.
Linda Hamilton dice que le intrigaba la idea de volver a interpretar el papel después de más de dos décadas. “Después de T-2, sentí que había trabajado un arco de personaje muy completo, de ser un don nadie a una mujer guerrera”, explica. “A esas alturas, no quería seguir haciéndolo sin tener la capacidad de agregar algo nuevo. Pero los últimos 28 años han cambiado a Sarah de manera drástica, y estaba lista para explorar eso”.
Para el productor ejecutivo John J. Kelly, el regreso de Hamilton al icónico papel era largamente esperado. “Hemos estado esperando todos estos años para que aparezca, y cuando lo hace, lo hace con creces”, comenta. “Estoy seguro que en los cines será un momento de algarabía, porque ella es fantástica”.
La productora ejecutiva Bonnie Curtis añade: “Lo que es muy divertido de ver es a una artista que entiende el peso de lo que le ha brindado a una audiencia. Y Linda transita por ello de una manera muy segura, y con calma, y después caes en cuenta, ‘Oh, esa es la razón por la cual el personaje se convirtió en un icono’. No sólo tiene que ver con Sarah Connor. Tiene que ver con la actuación de Linda Hamilton como Sarah Connor”.
The Terminator terminó con Sarah perdiendo a todos sus seres queridos, explica Hamilton. En T-2, ha dedicado su vida a proteger a su hijo John, pero el resultado no será el que imaginó. “Cuando la película comienza, ella está perdida, fracturada y desarraigada”, comenta la actriz. “Aprende que después de todos sus sacrificios, el futuro no ha cambiado de la forma en la que esperaba. Sí, destruyó Cyberdyne, pero ahora hay otra inteligencia artificial, Legion. Eso la devasta. La única cosa que le queda es su odio por la tecnología, el futuro y las máquinas. Emprende otro viaje para intentar alcanzar ese último granito de humanidad que queda en su interior”.
El intenso régimen de entrenamiento de Hamilton para T-2 se volvió legendario, y la actriz tuvo que regresar a una forma física máxima para repetir el papel. Entrenó con el preparador físico experto Mackie Shilstone, ubicado en Nueva Orleáns, quien también ha trabajado con algunos de los mejores atletas profesionales, incluyendo Serena Williams y Peyton Manning. “La acción es diez veces más grande que en T-2”, comenta Hamilton. “Después de haber leído el guion, le hablé a mi mejor amigo y le dije, ‘Tengo que poner en orden mis cosas. Quizás y no regrese’. Incluso intenté sugerir que Sarah estuviera gorda a estas alturas de su vida, para que no tuviera que trabajar tan duro”, añade entre risas. “¿Acaso eso no impactaría a la gente? Pero me dijeron que no”.
En cambio, Hamilton soportó tres entrenamientos diarios centrados en quemar grasa y aumentar masa muscular. “Fue un viaje interesante porque hay un límite a lo que puedes traer del pasado, y después tenía que enfocarme en lo que era razonable para mi cuerpo a mi edad”.
Además del régimen de ejercicios, Hamilton también fue a un campo de entrenamiento en Texas con el asesor militar y sensorial Jack Nevils. “Linda es una profesional consumada y su capacidad de aprendizaje es súper rápida”, comenta Nevils, quien pasó veinticinco años en servicio activo como Comando Aéreo y Boina Verde. “Siempre está preparada. De ser físicamente posible, quiere hacer todas sus acrobacias. Linda es como, ‘Déjeme hacerlo, entrenador, quiero hacerlo’. Es alguien a quien le importa la totalidad de su actuación y tiene una gran actitud. Fue un placer haberla entrenado”.
Hamilton dice que la mejor parte de rodar Terminator: Destino Oculto fue haberse reunido con su coestrella de las primeras dos películas. “En realidad no pienso con respecto a cuán icónico es todo esto, aunque conozco mucha gente que sí. Yo sólo estaba feliz de ver a Arnold. De hecho, no sabía cuán contenta me iba a poner hasta que no se apareció en el set”.
Una vez más, Schwarzenegger interpreta a un Terminator T-800, pero los realizadores hicieron hincapié en que no es el mismo ciborg que se vio en las películas anteriores. Es el mismo modelo, con el mismo hardware y programación, pero con una historia propia. Ha logrado mantenerse en el pasado y construido una vida posando como ser humano.
“No podía involucrarme en una película de Terminator sin haber trabajado con mi buen amigo de 35 años, aunque sea para pasarle la estafeta a una nueva generación de personajes”, comenta Cameron. “Pasamos mucho tiempo haciendo el T-800 más interesante que jamás hayas visto. Y, desde luego, tiene un par de diálogos muy divertidos, dichos como sólo Arnold lo sabe hacer”.
Miller concuerda, al agregar, “Todos van a querer ver su historia y su viaje. Tiene su propio arco especial que comprende algunos de los momentos más importantes de la película”.
Schwarzenegger le da crédito a The Terminator por haber lanzado su carrera como actor. “Ya había hecho Conan the Barbarian, pero esa película sólo se trató de mostrar el cuerpo y los músculos”, recuerda. “Quería salirme de eso y The Terminator era la primera película que era toda acerca del rostro, la mirada y la actuación. Fue una película pequeña, pero estaba escrita, diseñada y dirigida de manera brillante. Fue un logro muy importante en la realización cinematográfica y para mí”.
Schwarzenegger dice que se siente particularmente orgulloso del hecho de que Terminator es el único personaje en haber sido nombrado por el American Film Institute como uno de los mejores 50 héroes (No. 48) y uno de los 50 mejores villanos (No. 22) en la historia del cine. “La idea siempre fue ser el villano, pero también que cuando la gente saliera del cine, dijera, ‘¡Eso es muy cool! ¿Te podías imaginar tener ese tipo de poder?’. A la gente, en ciertas maneras, el personaje le parece tanto inspirador como entretenido”.
Parte de la diversión de interpretar el rol proviene de cierta identificación que tiene con su ciborg alter ego, comenta Schwarzenegger. “Hay un comportamiento parecido al de una máquina que obtienes del fisicoculturismo”, explica. “Todo es acerca de las repeticiones, de mantener tus emociones al margen y enfocarte en tu meta. Pero en esta película lo vemos volverse más humano. Está consciente de que es una máquina, pero después de haber estado entre seres humanos durante tanto tiempo, se ha vuelto más humano. Eso lo hizo muy interesante, desde un punto de vista de actuación, mucho más desafiante. Tuve que depender mucho en Tim Miller para que me dijera cuándo subir de tono y cuándo bajarlo. Hizo un gran trabajo”.
Ver en el set juntos a Schwarzenegger y Hamilton fue una gran emoción para todo aquel que estuvo involucrado en la película, pero para nadie más que Miller. “Por alguna extraña razón, todo me pegó ya muy tarde en el proceso…una noche durante el rodaje cuando estaba viendo los monitores”, recuerda el director. “Teníamos dos cámaras arriba, una en Linda, y la otra en Arnold. Por primera vez, me di cuenta que estaba haciendo una película de Terminator. Fue una gran escena; ¡Arnold tuvo un gran momento cómico y Linda no se dejaba, y contraatacaba! Ella es la persona más dulce cuando las cámaras dejan de rodar, pero es una cojonuda completa cuando está en personaje”.
Ellison estaba cautivado cuando vio a las dos leyendas juntas en pantalla. “Es uno de esos momentos que jamás olvidaré”, comenta. “Vi T-2 en un cine cuando tenía ocho años, y me enamoré por completo de la historia y los personajes. Esa película fue una de mis inspiraciones para querer involucrarme en la industria del cine, así que estar en el set con Arnold y Linda, y tener la oportunidad de resucitar esos personajes fue un momento donde sin lugar a duda se cerró el círculo”.
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