Zoë Kravitz debuta como directora de largometrajes en el nuevo y salvaje thriller psicológico de Amazon MGM Studios, “Parpadea dos veces” que ya se encuentra en cines
Cuando el multimillonario de la industria tecnológica Slater King (Tatum) conoce a Frida (Ackie), quien trabaja como mesera en su gala de recaudación de fondos, saltan chispas. Él la invita a unirse a sus vacaciones de ensueño en su isla privada, con sus amigos. Es el paraíso. Las noches salvajes se mezclan con los días soleados y todo el mundo se lo pasa en grande. Nadie quiere que este viaje termine, pero cuando empiezan a ocurrir cosas extrañas, Frida comienza a cuestionarse su realidad. Algo va
mal en este lugar. Deberá descubrir la verdad si es que quiere salir viva de esta fiesta.
Mientras Kravitz actuaba en una película en 2017, empezó a idear lo que finalmente se convertiría en Parpadea dos veces. El movimiento #MeToo recién comenzaba, pero depredadores notables, como Harvey Weinstein y Jeffrey Epstein, aún no habían salido a la luz. “Entre lo que había visto, experimentado, leído y aquello que le había ocurrido a amigos míos, sentí que había una gran falta de conversación sobre la dinámica entre hombres y mujeres”, dice Kravitz.
Recurrió a su amigo —y ahora coguionista— E.T. Feigenbaum para desarrollar el guión juntos. “Terminamos el primer borrador del guión a finales de ese año, pero en medio ocurrieron muchas cosas relacionadas con la política sexual en Hollywood y en el mundo de los negocios, que nos empujaron por el buen camino”, dice Feigenbaum.
Feigenbaum animó a Kravitz a mostrar el tratamiento a su padrino Bruce Cohen, el productor ganador del Oscar ® (1999 a mejor película, Belleza americana), quien dice que vio el potencial para que fuera una “película extraordinaria”.
“Vi una historia que era un thriller fenomenalmente entretenido, una pieza de género de terror que hablaba de las relaciones entre hombres y mujeres y de cómo se utiliza esa dinámica de poder y lo problemática que puede ser”, dice Cohen.
Cuando la conversación cultural empezó a girar en torno a las mujeres y la política sexual, Kravitz pudo afinar lo que quería ver en pantalla. “Quise ver a un grupo de mujeres a las que juzgáramos y, luego, ver cómo se convertían en personajes completos y cómo emergían a su poder”, afirma.
También reconsideró los personajes masculinos a la luz de los cambios de percepción que sucedían coyunturalmente. El equipo de Slater no podía ser un grupo de colegas groseros, sino que debían parecer “hiperconscientes” y preocupados por ser vistos como sensibles a las injusticias ante el ojo público.
Slater se convirtió en multimillonario de la tecnología, una profesión que le haría sentirse como la estrella del rock de su generación. “Algo con lo que la gente se identificaría y le gustaría ver”, dice Kravitz. “Era un joven que ganó miles de millones de dólares, cometió un error y ahora sólo quiere ser uno con la naturaleza en su isla y pasar el rato con sus amigos. Realmente, el propósito fue crear un entorno seguro para poder atraer a Frida y al público a este mundo.”
Frida también evolucionó con el tiempo hasta convertirse en el personaje que vemos ahora. “Busca ser respetada, quiere no ser invisible”, dice Kravitz. “¿Qué hará para conseguirlo? Es algo con lo que todos podemos identificarnos. No hay nada malo en querer que te acepten, que te miren, que no te ignoren, que te sirvan champán y no ser tú quien lo sirva”. Ha creado un personaje fuerte, que sabe lo que quiere y está
dispuesta a hacer mucho para conseguirlo. Ese deseo la impulsa a avanzar la historia”.
Cohen consideró que Kravitz encontró algo único en el desarrollo de esta historia. “Era evidente que [la historia] venía de la voz de una mujer… que venía de una mujer de color y se notaba que era una combinación de su experiencia vivida; no es que le ocurrieran a ella estos hechos concretos, sino que, simplemente, es una persona que existe en el mundo y conoce toda la mierda que sucede a su alrededor”, dice.
La productora Tiffany Persons explica que “el superpoder de Zoë como guionista y directora es que entrelaza con maestría su sensibilidad cómica con su sentido para discernir respecto a temas difíciles y complejos”. “Al captar el tono visual y emocional único de Parpadea dos veces, ha demostrado realmente que tiene una voz distinta y distinguida”, afirma.
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